¡Hola creativos!

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Artículos Académicos
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Escritura creativa

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Made with Padlet

Escritura de guión teatral  

https://drive.google.com/file/d/1Z7umtzgfrW9_AOxuZyYOK07xy6AjMPee/view?usp=sharing

(Nota: La música en este video es de Florian Bur. Para adquirir su música visite: http://www.florianbur.co/store)

Empezando con Screenwriting (https://padlet.com/ltt1/CharacterOutline9)/

MICRORRELATO

 

BUSCAR LEÑA

 

buscar leña

 

El monte estaba insoportablemente húmedo después de la tormenta. La apelmazada hojarasca apenas crujía con el pisar de las botas. El hombre necesitaba leña. El cielo amenazaba con algunos relámpagos. El momento no era propicio para salir. Hilario era un hombre de carácter, obstinado, altivo.
El agua de lluvia ya había caído con intensidad y la corteza de los árboles se despegaba fácil, desgranándose al simple tacto. La madera estaba gomosa, blanda al primer hachazo. Cortó un solo árbol y eso le fue suficiente. Los peñascos de los cerros rasgaban el cielo que le presagiaba derrumbarse de nuevo, con grises oscurísimos aglomerados en pesadas nubes. Oyó un ruido a roca retumbar desde arriba y vio una gran piedra que se sacudió en una cumbre cercana, luego se movieron otras, y cayó un pedazo completo de cerro que se desmoronó cerca, cerrando el camino de regreso.
Como si la naturaleza le tendiese una trampa, se quejó, de la lluvia caer copiosa, de la noche acechar, del hambre que empezaba a apremiar. Siguió unos cuantos pasos más, pero era imposible abordar el camino. Sintió un escalofrío por su piel sudada, y se desplomó cayendo de rodillas a la tierra fría, inundada. En esa bucólica inmensidad sin tregua, el hombre finalmente lloró.

 

 

Poema

 

Palpitarán las horas nuevamente

El reloj del tiempo se quiebra.

Un fluir que se desvanece.

Un devenir que se evapora.

Hay un sonar de chatarras,

Que el viento fuerte amontona.

Arrastran con penurias,

Quebrantan almas,

¡Mezquindades impiadosas!,

Que transmutan venenos…

Ayer, hoy, tal vez mañana,

Tal vez llegue ese Hombre,

Quizás,

¿O caso ha llegado?

¿O acaso ha llegado?

¿O acaso lo ha hecho?,

¿Alguna vez?

Esos que miran con candor,

Y dulzura en los ojos,

Esos que no se doblegan.

Esos, que claman Paz.

Esos verdaderos Hombres.

Entonces el reloj del tiempo,

Marcará de nuevo,

Fervorosa Humanidad.

Y vendrán los guardianes,

Que  el Hombre atesora.

Y vendrán como arcanos, firmes, seguros,

Marcando como las horas,

Palpitando vida,

La JUSTICIA, la PAZ, el RESPETO.

¡El Hombre por el Hombre!

 

 

Microrrelato

La ventana

Una taza de té vacía sobre la mesa. Una réplica de Van Gogh sobre la pared. Un relicario en el aparador. Un gran reloj de péndulo monocorde. La colección de cuentos y fábulas de Esopo en la biblioteca. Un televisor encendido que cortaba la mudez del cuarto húmedo. Un rayo de sol que entraba por el tragaluz, desplegando su abanico difuso hacia la figura del Cristo Redentor que pendía por sobre la cabecera del lecho revuelto. En el sillón de terciopelo amarillo, pasaba sus horas la joven Dafne.

Duendes multicolores y minúsculos entraban subrepticiamente al aposento, bailando desordenados en el prisma de luz que iluminaba, esta vez,  su sillón amarillo. Tiritando de frío y sonriendo, Dafne les extendía su mano.

La madre, con puño cerrado sostenía una cuchara y  un frasco meloso destapado. Con mirada atenta, la abnegación y la espera.

Poema

Poema: INUNDADOS DE DUELO

En el recuerdo, permanecen
en el dolor, con ellos perecemos

Las horas pasan
Como hojas muertas de un libro sin lector
Abandonado él, inerme.
Vivo allí, en los minutos infinitos, ínfimos pero eternos;
Y ellos me recuerdan en cada pulso, un vivir sin vida,
Transcurrir de un tiempo que se declara en mi dolor más humano.

Mi cuarto guarda olor a penas
¡Huele a humedad ! ¡Huelo yo!
Sombrío él, como el mismo porvenir
¡Oscuro!, ¡oscuro yo!
¡Callado, como los que están abatidos!,
¡Mudo!, ¡mudo yo!.

¿Acaso existe un futuro,
si en internos relojes sin marcar,
pasan las horas mas tristes?
¿Acaso existe un futuro
Cuando se inmoviliza el tiempo y
Es en esos mismos instantes,
En los que respiro,
Cuando también agonizo
Junto a ellos…
En el agua

Poema

UNO

Un mar rugió
Olas insolentes tocaron tus pies
Mi mano firme en tu rostro
Hablaste callado y el mar rugió.
Allí, tú y yo, yo y tú
Una palabra salió de mi boca
Mi boca cerca de la tuya
Mi boca, tu boca, cerca, nuestras bocas

Un cielo furioso
De soles anaranjados
La playa frenética
De arenas cómplices y olas encendidas.
Mi cuerpo envuelto en el tuyo
Tú y yo, yo y tú
Y otra vez
Mi boca, tu boca, cerca, nuestras bocas

Un viento sopló fresco
Estremeciendo tu piel
Entre arenas cómplices y olas encendidas
Que apenas pudo mi calor disimular
Me acariciaste casi sin tocarme y el viento sopló fresco
Una palabra salió de mi boca
Y otra vez
Mi boca, tu boca, cerca, nuestras bocas

Un puñado de arena en mi mano
Palabras que se ahogan
Advenediza quietud …
Un mar que ruge,
Un cielo anaranjado furioso,
Un viento que sopla frío,
Allí tú y yo, yo y tú,
Mi boca, tu boca cerca, nuestras bocas.

Prosa Poética

Baños de noche

 Si un día llevé la piel blanca y lozana que brillaba en las mañanas diáfanas de inigualables soles y brisas frescas, hoy llevo grietas y algunas manchas sobre mi cara, y en ella una boca curtida de inexorables y solitarias noches en las que resuena algún que otro nombre de mujer. En esos ecos como gritos contenidos, desahogo en trozos, su irreversible ausencia. Mis manos pequeñas pero fuertes, nada han podido construir, ni menos aún podrán trazar nuevos finales. Y aunque pequeñas mis manos pegan como el acero. Golpearon aquellos días que agotaron el sol que resplandecía sobre mis finos cabellos dorados, que hoy empalidecen grisáceos bajo la luz de la luna. No es que no tenga piernas, pues las tengo, es que ellas no me han llevado a ninguna parte. Hoy también pesan las nocturnas horas de bares y burdeles, de lunas llenas en las que solo se dibuja la figura inasible de ella. Hoy, baños de noche sobre mi piel iluminan piadosamente mi rostro y me embriagan hasta caer desvanecido en algún que otro banco de cualquier plaza en donde se sientan junto a mí los borrascosos recuerdos de un tiempo inerme, un tiempo que hecho añicos busca recomponer sus piezas rotas, y con él espero en vano que ella vuelva.

Microrrelato

 

Las mágicas peregrinas

Una palabra se arrimó a la otra. Y ellas pronto esbozaron una fila. Las que fueron llegando se pelearon todas, hasta que se acomodaron y se amigaron. Pero algunas en el trayecto murieron; ah!… pronto unas cuantas de ellas pudieron resucitar y hasta aparecieron volátiles y etéreas otras nuevas, que ni siquiera se habían pensado. Entonces se metamorfosearon en seres mágicos y personajes fantásticos que se entrecruzaban enmarañadas de morada en morada. Y en el final, siempre inconcluso, ellas esperan expectantes, en silencio, para que alguien las desoville y las vuelvan a enmadejar.

 

magicas peregrinas